¿Has sentido alguna vez que, aunque tu domingo comenzó con calma, hacia la tarde se va tiñendo de nostalgia y ansiedad? Esa sensación, a la que muchos llaman “domingo de bajón” o Sunday Scaries, no es solo un invento popular. De hecho, psicólogos y expertos en salud mental confirman que se trata de un fenómeno real que afecta tanto al cuerpo como a la mente.
Según explicó La Nación, para una gran parte de la población, el domingo por la tarde se convierte en sinónimo de “angustia, insomnio y bajón emocional”. El descanso del fin de semana se ve empañado por la anticipación de responsabilidades que esperan al día siguiente: trabajo, estudios, compromisos familiares o económicos. El resultado es un cóctel emocional de estrés, cansancio y pensamientos intrusivos.
Pero, ¿qué hace que el domingo sea tan difícil? ¿Por qué tantas personas alrededor del mundo coinciden en que este día pesa más que los demás?
El término Sunday Scaries comenzó a popularizarse en Estados Unidos en la década de 2000, especialmente entre jóvenes universitarios y trabajadores que sentían cómo el domingo dejaba de ser descanso para convertirse en un preludio angustiante del lunes.
La psicóloga Liseth Paulett lo describe así: “Los domingos de bajón expresan muy bien la sensación de rechazo o incomodidad ante la idea de regresar al trabajo o a clases el lunes”. Lo curioso es que no depende solo de la cantidad de trabajo que nos espera, sino de la manera en que lo anticipamos.
Esa ansiedad anticipatoria es lo que convierte al domingo en un día emocionalmente complejo. No es el presente lo que incomoda, sino el futuro inmediato que nuestra mente ya imagina como agotador.
La psicóloga Susan Alber, de Cleveland Clinic, asegura que el bajón dominical tiene consecuencias físicas claras:
A esto se suma el llamado jet lag social: cuando el fin de semana alteramos nuestros horarios de sueño y alimentación, el organismo entra en un desajuste que repercute directamente en el ánimo. ¿Te ha pasado dormir hasta tarde el domingo y luego sentirte más cansado de lo normal? Eso no es casualidad: es tu reloj biológico desincronizado.
No todos los países viven el domingo de la misma manera. En algunos lugares, es un día profundamente familiar y social; en otros, es símbolo de cierre de semana. En culturas muy enfocadas en la productividad, el domingo termina siendo un recordatorio de que pronto hay que volver a rendir.
Además, existe un factor emocional: el domingo suele ser el único momento en que nos detenemos a pensar. La semana está llena de actividades y compromisos, pero cuando llega este día, aparecen silencios que nos enfrentan a nuestras preocupaciones internas.
La ciencia ha mostrado que los domingos de bajón no son un simple mal humor pasajero. Pueden convertirse en un detonante de problemas de salud mental más serios si se repiten semana tras semana. La ansiedad anticipatoria, cuando se cronifica, puede derivar en:
Y es que, como dicen los expertos, “cuando la mente anticipa constantemente un futuro hostil, el cuerpo se prepara para una batalla que todavía no existe”.
Aunque casi todos lo hemos sentido alguna vez, no todas las personas experimentan el bajón dominical con la misma intensidad. Factores como estos marcan la diferencia:
La buena noticia es que hay maneras de transformar este día. No se trata de eliminarlo, sino de darle un nuevo significado. Aquí algunas recomendaciones:
Recordemos que no todo se trata de productividad. El autocuidado emocional es una inversión en salud mental. Darte permiso para descansar, sentir y reconectar contigo mismo es un acto de resiliencia.
Si descubres que el bajón dominical se ha convertido en un círculo del que no logras salir, buscar ayuda profesional puede ser el paso más valiente. En PARLA! puedes encontrar terapeutas y psicólogos en línea de SELIA que te acompañen a transformar la ansiedad en estrategias saludables.
¿Qué pasaría si, en lugar de pensar en el lunes como una amenaza, lo vieras como una oportunidad? Algunos psicólogos recomiendan transformar el domingo en un espacio de preparación emocional:
Estos pequeños gestos cambian la narrativa: en lugar de terminar el domingo con pesadez, puedes cerrarlo con un sentido de dirección.
Y si quieres trabajar en la construcción de una rutina más estable y saludable, en PARLA! también puedes acceder a los programas de bienestar emocional de SELIA que te ayudan a equilibrar la semana con herramientas prácticas.
Los domingos de bajón nos recuerdan que el tiempo libre, la salud mental y la estabilidad emocional son más importantes de lo que solemos admitir. No se trata de eliminar este día, sino de resignificarlo.
El domingo puede convertirse en una oportunidad para reconectar contigo, con los tuyos y con lo que te da calma. Al final, no es el lunes lo que pesa, sino la manera en que anticipamos lo que viene.
- ¿Qué son los “domingos de bajón”?
Son una mezcla de ansiedad, tristeza y cansancio que muchas personas sienten los domingos por la tarde, al anticipar el inicio de la semana laboral o académica.
- ¿Por qué ocurren los domingos de bajón?
Ocurren por la ansiedad anticipatoria, el desajuste del reloj biológico tras el fin de semana y el contraste entre descanso y rutina.
- ¿Cómo puedo reducir el bajón dominical?
Algunas estrategias son cuidar los horarios de sueño, planificar actividades placenteras el domingo, practicar mindfulness y, si es necesario, buscar apoyo psicológico.
En Selia te acompañamos con herramientas y ejercicios para cuidar tu bienestar emocional.
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