Relaciones y vínculos
Author
Mauricio González
Published At
August 20, 2025
Reading Time
8
mins
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Artículo

Sexo, imaginación y deseo: las fantasías que más se repiten en España

Las fantasías sexuales de los españoles revelan deseos, curiosidades y juegos eróticos que enriquecen la intimidad. Arola Poch analiza las más comunes y su impacto en la salud mental y en la vida en pareja.

¿Te has preguntado alguna vez qué fantasías despiertan la imaginación de muchas personas en España? Según la sexóloga Arola Poch, hay diez escenarios que encabezan la lista de deseos íntimos, desde lo más convencional hasta lo más atrevido. Hoy vamos a recorrer ese catálogo, entender por qué surgen, qué dicen sobre nuestra psique y cómo pueden influir en nuestra salud mental y sexual. ¿Te animas a explorarlos conmigo?

¿Por qué fantaseamos?

Las fantasías sexuales no son simples fantasmas mentales: son representaciones eróticas creadas por nuestra mente para estimular la excitación, satisfacer deseos no resueltos, reducir estrés o darle vida al deseo sexual. Según psicólogos, la mayoría de las personas fantasean en algún momento de sus vidas —¡no estás solo!— y esas imágenes pueden reflejar cómo nos relacionamos emocionalmente con el placer.

Pero ojo: fantasear no implica querer llevarlo a cabo en la vida real. A veces, el deseo es solo mental, y eso está perfecto.

Las diez fantasías más mencionadas

De acuerdo con Arola Poch, estas son las diez fantasías más frecuentes entre personas en España, recogidas en un informe publicado por El Mundo. No se presentaron con cifras exactas, pero su orden revela tendencias claras:

  1. Sexo en la cabina de un avión: erotismo clandestino envuelto en peligro y transgresión.
  2. Dominación y sumisión (BDSM): jugar roles de control, poder y entrega.
  3. Tríos o encuentros grupales: la sensación de excitación por lo compartido.
  4. Voyeurismo y exhibicionismo: sentirte observad@ o observar en secreto.
  5. Fantasías tabú o prohibidas: desde escenarios ilegítimos hasta roles prohibidos.
  6. Sexo en espacios inusuales: en el trabajo, la calle o cualquier lugar donde no parece encajar.
  7. Juego de roles: fantasear con identidades o guiones distintos a los habituales.
  8. La alorgasmia: alcanzar el orgasmo imaginando otra persona, incluso si estás con tu pareja.
  9. Erotismo sin penetración: besos intensos, caricias prolongadas, frotamientos.
  10. Sexo romántico en escenarios idealizados: como en películas o novelas, donde lo emocional se funde con el deseo.

Estas fantasías, según la experta, ayudan a mantener al cerebro en modo erótico, activando el deseo, ampliando el repertorio emocional y evitando caer en la monotonía. ¿Te identificas con alguna?

¿Por qué estas fantasías son tan comunes?

Muchos de estos escenarios combinan elementos que despiertan fuerza emocional: transgresión, variedad, juego, novedad o el componente visual. El componente clandestino –como el avión o el espacio público– puede intensificar la excitación al atravesar límites sociales. El BDSM y el voyeurismo apelan a nuestra curiosidad y al deseo de explorar roles distintos.

La fantasía de la alorgasmia abre una reflexión interesante: ¿cuánto de nuestra conexión real respaldamos cuando la imaginación se hace protagonista?

Cuando la fantasía estimula el vínculo amoroso

¿Sabías que compartir fantasías puede fortalecer la intimidad? La psicología sexual recomienda, en parejas que buscan reconectar o avivar el deseo, usar las fantasías como motor de conversación... o incluso juego previo. Abrir ese espacio puede generar complicidades y confianza. ¿Te animas a compartir algo imaginado sin culpas ni miedos?

¿Y si esa fantasía no se convierte en realidad?

No pasa nada. La fantasía tiene su propio valor: puede ser afrodisíaca, creativa, liberadora. Claro, si se lleva a cabo debe ser consensuada, cuidada y desde el respeto mutuo. Aquí es donde pueden surgir inseguridades o culpa: entender que fantasear no implica necesariamente acción real ayuda a relajar la mente.

¿Y si tu fantasía ha cambiado con el tiempo?

Es normal. Las fantasías evolucionan con nuestras experiencias, emociones y etapas de la vida. Cambian con el deseo, los vínculos, la madurez. Por eso hablar y reconectar desde la curiosidad es tan importante.

La salud mental también se juega en lo íntimo

Las fantasías eróticas no solo nutren la sexualidad: pueden ser aliadas del bienestar emocional. Nos permiten explorar sin presión, ensayar identidad, evadir estrés. Pero si te generan culpa, ansiedad o interferencia en tu vida diaria, es válido buscar apoyo.

Y si crees que necesitas acompañamiento, en SELIA puedes encontrar recursos profesionales:

Estrategias para explorar fantasías con responsabilidad

  1. Identifica qué te excita, sin juzgar.
  2. Comparte en confianza, si lo deseas, con palabras o gestos.
  3. No insistas si no hay comodidad, reconoce límites.
  4. Ve descubriendo juntos, sin prisa.
  5. Celebra lo que funciona, aunque solo quede en la imaginación.

Una invitación abierta

Cierra por un instante los ojos y piensa: ¿qué fantasía despierta tu curiosidad hoy? ¿qué parte de la imaginación te gustaría compartir, incluso en silencio, con tu propia mente o con alguien de confianza? Las fantasías son puertas; tú decides si las cruzas o las dejas como alas en tu mundo íntimo.

Explorar sin juicios, compartir con cuidado, recuperar el juego erótico: ese podría ser un camino para una sexualidad más plena, vivida desde el placer y la libertad emocional.

Preguntas frecuentes:

- ¿Tener fantasías sexuales es normal?
Sí, es completamente normal. Las fantasías sexuales forman parte de la imaginación erótica y cumplen funciones como estimular el deseo, reducir el estrés y enriquecer la vida íntima.

- ¿Qué pasa si no quiero llevar a cabo mis fantasías?
Nada. Muchas fantasías funcionan solo en la mente y no necesitan hacerse realidad para ser disfrutadas. Lo importante es entender que fantasear no significa necesariamente desear vivirlo en la práctica.

- ¿Compartir mis fantasías con mi pareja puede mejorar la relación?
Sí, hablar de fantasías en pareja puede fortalecer la confianza, generar intimidad y abrir nuevas formas de conexión erótica, siempre que haya respeto y consentimiento.

¿Te sentiste identificado con este artículo?

En Selia te acompañamos con herramientas y ejercicios para cuidar tu bienestar emocional.

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