¿Te has preguntado alguna vez qué fantasías despiertan la imaginación de muchas personas en España? Según la sexóloga Arola Poch, hay diez escenarios que encabezan la lista de deseos íntimos, desde lo más convencional hasta lo más atrevido. Hoy vamos a recorrer ese catálogo, entender por qué surgen, qué dicen sobre nuestra psique y cómo pueden influir en nuestra salud mental y sexual. ¿Te animas a explorarlos conmigo?
Las fantasías sexuales no son simples fantasmas mentales: son representaciones eróticas creadas por nuestra mente para estimular la excitación, satisfacer deseos no resueltos, reducir estrés o darle vida al deseo sexual. Según psicólogos, la mayoría de las personas fantasean en algún momento de sus vidas —¡no estás solo!— y esas imágenes pueden reflejar cómo nos relacionamos emocionalmente con el placer.
Pero ojo: fantasear no implica querer llevarlo a cabo en la vida real. A veces, el deseo es solo mental, y eso está perfecto.
De acuerdo con Arola Poch, estas son las diez fantasías más frecuentes entre personas en España, recogidas en un informe publicado por El Mundo. No se presentaron con cifras exactas, pero su orden revela tendencias claras:
Estas fantasías, según la experta, ayudan a mantener al cerebro en modo erótico, activando el deseo, ampliando el repertorio emocional y evitando caer en la monotonía. ¿Te identificas con alguna?
Muchos de estos escenarios combinan elementos que despiertan fuerza emocional: transgresión, variedad, juego, novedad o el componente visual. El componente clandestino –como el avión o el espacio público– puede intensificar la excitación al atravesar límites sociales. El BDSM y el voyeurismo apelan a nuestra curiosidad y al deseo de explorar roles distintos.
La fantasía de la alorgasmia abre una reflexión interesante: ¿cuánto de nuestra conexión real respaldamos cuando la imaginación se hace protagonista?
¿Sabías que compartir fantasías puede fortalecer la intimidad? La psicología sexual recomienda, en parejas que buscan reconectar o avivar el deseo, usar las fantasías como motor de conversación... o incluso juego previo. Abrir ese espacio puede generar complicidades y confianza. ¿Te animas a compartir algo imaginado sin culpas ni miedos?
No pasa nada. La fantasía tiene su propio valor: puede ser afrodisíaca, creativa, liberadora. Claro, si se lleva a cabo debe ser consensuada, cuidada y desde el respeto mutuo. Aquí es donde pueden surgir inseguridades o culpa: entender que fantasear no implica necesariamente acción real ayuda a relajar la mente.
Es normal. Las fantasías evolucionan con nuestras experiencias, emociones y etapas de la vida. Cambian con el deseo, los vínculos, la madurez. Por eso hablar y reconectar desde la curiosidad es tan importante.
Las fantasías eróticas no solo nutren la sexualidad: pueden ser aliadas del bienestar emocional. Nos permiten explorar sin presión, ensayar identidad, evadir estrés. Pero si te generan culpa, ansiedad o interferencia en tu vida diaria, es válido buscar apoyo.
Y si crees que necesitas acompañamiento, en SELIA puedes encontrar recursos profesionales:
Cierra por un instante los ojos y piensa: ¿qué fantasía despierta tu curiosidad hoy? ¿qué parte de la imaginación te gustaría compartir, incluso en silencio, con tu propia mente o con alguien de confianza? Las fantasías son puertas; tú decides si las cruzas o las dejas como alas en tu mundo íntimo.
Explorar sin juicios, compartir con cuidado, recuperar el juego erótico: ese podría ser un camino para una sexualidad más plena, vivida desde el placer y la libertad emocional.
- ¿Tener fantasías sexuales es normal?
Sí, es completamente normal. Las fantasías sexuales forman parte de la imaginación erótica y cumplen funciones como estimular el deseo, reducir el estrés y enriquecer la vida íntima.
- ¿Qué pasa si no quiero llevar a cabo mis fantasías?
Nada. Muchas fantasías funcionan solo en la mente y no necesitan hacerse realidad para ser disfrutadas. Lo importante es entender que fantasear no significa necesariamente desear vivirlo en la práctica.
- ¿Compartir mis fantasías con mi pareja puede mejorar la relación?
Sí, hablar de fantasías en pareja puede fortalecer la confianza, generar intimidad y abrir nuevas formas de conexión erótica, siempre que haya respeto y consentimiento.
En Selia te acompañamos con herramientas y ejercicios para cuidar tu bienestar emocional.
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