El mundo gamer va mucho más allá del nivel alcanzado o las horas frente a la pantalla. Un reciente estudio internacional —publicado en Addictive Behaviors— reveló que los estilos de apego y la regulación emocional son elementos decisivos en la forma en que las personas interactúan con los videojuegos—and en cómo lo hacen con su bienestar psíquico.
Realizada por Castro y Neto, la investigación analizó a más de 5.000 jugadores de 112 países, identificando cuatro perfiles psicológicos con diferencias sustanciales en salud mental, motivaciones para jugar, patrones de apego y riesgos asociados.
Estos jugadores, generalmente adultos, muestran un apego seguro y baja sintomatología emocional. Juegan por disfrute, sin buscar comunidad. Se les relaciona con buena regulación emocional y poco consumo de sustancias.
Son gamers socialmente activos que utilizan las redes para conectar. También presentan apego seguro, bienestar general y equilibran motivación lúdica y social .
Este grupo nutre su juego con lazos afectivos, pero muestra apego inseguro y malestar mayor. Su relación con el juego puede transformarse en vía para regular emociones.
Con dificultades claras en regulación emocional y apego inseguro, usan el juego como escape emocional. Se asocian a mayor malestar psicológico y riesgo de uso problemático.
La teoría del apego, desarrollada por Bowlby y aplicada a adultos por Hazan y Shaver, distingue entre estilo seguro, ansioso y evitativo. Un apego seguro brinda estabilidad emocional; en contraste, el inseguro —ansioso o evitativo— predispone a conductas de malestar.
La regulación emocional, por su parte, es la habilidad de identificar, aceptar y manejar emociones. Su déficit está vinculado a uso problemático de videojuegos, impulsividad y comorbilidad con otros problemas, según múltiples estudios clínicos.
Estos hallazgos aportan enfoques más precisos que el mero conteo de horas: definen estrategias clínicas adaptadas a cada perfil. Un perfil desregulado podría requerir:
Para los comprometidos o evasivos, el reto es mantener un equilibrio que promueva la salud emocional sin inhibir el disfrute y la conexión social.
Desde un portal de salud mental, es crucial:
No todos los gamers viven el mundo virtual igual. Apego y regulación emocional delinean patrones que van desde el entretenimiento saludable hasta la vulnerabilidad al uso problemático. Reconocer estas diferencias es vital para diseñar prevención efectiva, tratamientos personalizados y fomentar una adopción consciente y saludable del videojuego.