El amor puede elevarnos, pero también destruirnos. Quienes han atravesado una ruptura amorosa, un rechazo sentimental o una traición emocional saben que el dolor del alma se siente también en el cuerpo. En ese contexto, el 29 de julio se conmemora el Día Internacional del Mal de Amores, una fecha que invita a reconocer que el sufrimiento emocional merece atención, tiempo y cuidado.
Aunque parezca anecdótico, el “mal de amores” no es una invención romántica ni una exageración sentimental. Se trata de un fenómeno psicoemocional real, con consecuencias en la mente y el cuerpo, que puede desembocar en ansiedad, depresión, insomnio o incluso dolores físicos. Para muchos, es un proceso de duelo silencioso que no siempre recibe el reconocimiento que merece.
"No es exagerado decir que una ruptura amorosa puede hacer que una persona experimente dolor físico. El corazón duele, literalmente", advierte la psicóloga clínica Macarena Venegas en entrevista con CNN. Y no es la única. Cada vez más especialistas coinciden en que el mal de amores es una herida emocional que debe ser tratada con la misma seriedad que otros traumas.
La ciencia ha demostrado que las emociones intensas provocan reacciones químicas y fisiológicas. El mal de amores puede generar un desequilibrio en los neurotransmisores, como la serotonina, la dopamina y la oxitocina, asociados con el placer y el bienestar. Cuando estos niveles caen abruptamente tras una ruptura, el cuerpo experimenta síntomas similares a los de una crisis de abstinencia.
Además, se activan regiones cerebrales asociadas al dolor físico, como la corteza somatosensorial. De ahí la expresión "me duele el corazón", que en este caso no es solo una metáfora. La tristeza profunda puede causar molestias en el pecho, fatiga, falta de apetito, problemas gastrointestinales y alteraciones en el sistema inmunológico.
Un estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences reveló que el dolor emocional activa las mismas áreas cerebrales que el dolor físico. Por eso, es habitual que quienes atraviesan una ruptura sientan un agotamiento generalizado, falta de energía y pensamientos intrusivos.
Existe incluso una condición médica llamada síndrome de Takotsubo, también conocida como síndrome del corazón roto. Fue descrita por primera vez en Japón y afecta mayoritariamente a mujeres. Ocurre cuando, tras un estrés emocional extremo, el corazón se debilita temporalmente y adopta una forma anómala, similar a un recipiente usado por los pescadores japoneses para atrapar pulpos (el "takotsubo").
Este síndrome puede confundirse con un infarto, pero no está relacionado con bloqueos arteriales. Aun así, puede causar dolor torácico, dificultad para respirar y requerir hospitalización. Aunque es reversible, muestra con contundencia que las emociones intensas tienen impacto directo en la salud cardiovascular.
"No solo el cerebro sufre con el desamor. El cuerpo también lo acusa", señala Venegas. Por eso, tratar el mal de amores desde una perspectiva de salud mental integral es clave.
Frente a una ruptura o decepción sentimental, lo primero es no minimizar el dolor. Frases como “ya pasará”, “no era para tanto” o “hay peores cosas” suelen tener la intención de consolar, pero pueden invalidar el sufrimiento y obstaculizar el proceso de duelo.
Aceptar el dolor como parte natural del desapego es fundamental. El mal de amores activa un duelo similar al que ocurre ante una pérdida física. Se pasa por etapas como la negación, la tristeza, la ira, la negociación y finalmente la aceptación. No existe un calendario rígido para este proceso. Algunas personas lo atraviesan en semanas, otras en meses, y cada quien tiene su propio ritmo.
Aquí algunos consejos clave que los expertos en salud emocional recomiendan para atravesar este momento:
El acompañamiento de personas cercanas puede ser determinante para transitar el dolor del desamor. Escuchar sin juzgar, validar las emociones y ofrecer apoyo sin presionar son gestos valiosos. A veces, lo más útil no es dar consejos, sino simplemente estar allí.
"Cuando alguien dice que le duele el corazón, hay que creerle. No es drama, es sufrimiento real", afirman especialistas en duelo. El mal de amores no es una exageración: es una experiencia emocional intensa que puede afectar el rendimiento laboral, las relaciones familiares e incluso la salud física.
Evitar frases que minimicen el dolor, no comparar con otras historias y respetar el proceso individual son claves para un acompañamiento respetuoso.
En la era digital, las redes sociales pueden convertirse en un factor que exacerba el mal de amores. Ver publicaciones de la expareja, compararse con otras personas o sentirse “fuera del mercado” puede alimentar la ansiedad y la baja autoestima.
Especialistas en psicología digital recomiendan hacer pausas tecnológicas o incluso bloquear ciertos perfiles temporalmente. También sugieren evitar publicaciones impulsivas que puedan ser motivo de arrepentimiento posterior.
"Cerrar ciclos también puede implicar cerrar pestañas", dicen algunos terapeutas. Cuidar la exposición y priorizar el bienestar emocional por sobre la curiosidad momentánea es una forma de autocuidado.
Aunque doloroso, el desamor puede ser también una oportunidad para el crecimiento personal. Reconectar con uno mismo, revisar patrones afectivos, identificar lo que se busca en una relación y fortalecer la autonomía emocional son algunos aprendizajes que pueden surgir del dolor.
No se trata de romantizar el sufrimiento, sino de reconocer que a veces los procesos más difíciles nos enseñan lecciones valiosas. El mal de amores no es el final, sino una transición. Y como toda transición, puede abrir nuevas puertas si se transita con conciencia.
"El corazón roto no es un defecto, es una cicatriz de lo vivido", afirman terapeutas. Aprender a habitar ese dolor, sin huir ni reprimir, es un acto de valentía emocional.
- ¿Qué es el Día Internacional del Mal de Amores?
Es una fecha simbólica, el 29 de julio, dedicada a visibilizar el impacto emocional de las rupturas amorosas y fomentar el cuidado de la salud mental en contextos de desamor.
¿El mal de amores puede afectar físicamente?
Sí. El dolor emocional puede generar síntomas físicos como fatiga, insomnio, falta de apetito o incluso afecciones cardíacas como el síndrome de Takotsubo.
¿Cuánto dura el duelo tras una ruptura amorosa?
No hay un tiempo exacto. El proceso es individual y puede durar semanas o meses. Lo importante es respetar los propios tiempos y buscar ayuda si es necesario.
¿Cuándo debo acudir a un psicólogo?
Si el dolor interfiere con tu rutina diaria, sientes pensamientos intrusivos o síntomas depresivos, es recomendable acudir a un profesional de salud mental.
¿Es normal sentir culpa o vergüenza tras una ruptura?
Sí, son emociones comunes. Sin embargo, es importante trabajar en su manejo para evitar que afecten la autoestima. La terapia puede ser una gran aliada en ese proceso.
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