Relaciones y vínculos
Author
Mauricio González
Published At
September 17, 2025
Reading Time
8
mins
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Artículo

Cuando amar se vuelve obsesión: la visión de Elizabeth Gilbert sobre la adicción al sexo y al amor

Elizabeth Gilbert expone cómo la adicción al sexo y al amor, aunque no sea un diagnóstico clínico, puede convertirse en una experiencia debilitante. Este artículo explora sus señales, consecuencias y caminos de recuperación.

Elizabeth Gilbert, reconocida mundialmente por su libro Comer, rezar, amar, ha construido una carrera que combina literatura, reflexión espiritual y experiencias de vida íntimamente compartidas. En su más reciente trabajo, ha abordado una faceta poco explorada de su historia personal: lo que denomina adicción al sexo y al amor.

Según la escritora, esta no es una categoría clínica oficial —no figura como un diagnóstico en manuales como el DSM-5—, pero es una vivencia real, intensa y debilitante. “La adicción al sexo y al amor no es un diagnóstico, pero puede ser debilitante”, afirma. (El Espectador)

Su testimonio abre un debate sobre los límites entre amar con pasión y perder el control. ¿Hasta qué punto el deseo y la necesidad de afecto pueden transformarse en cadenas invisibles?

Más allá del diagnóstico: un fenómeno emocional real

Aunque la psiquiatría no ha consensuado definirlo como una adicción formal, lo cierto es que muchos especialistas reconocen que existen patrones compulsivos de amor y deseo. Son formas de vincularse que giran en torno a la obsesión, la búsqueda de validación, la dependencia emocional y la dificultad para establecer límites.

Gilbert lo explica desde la vivencia: lo que comenzó como un acto de cuidado hacia una persona enferma derivó en una implicación emocional excesiva, que la llevó a sentir ansiedad, vacío y pérdida de autonomía. Es ahí donde lo que parece amor comienza a convertirse en un problema de salud mental.

¿Qué caracteriza la adicción al sexo y al amor?

  1. Búsqueda compulsiva de afecto: la persona siente que necesita constantemente estar vinculada, deseada, validada.
  2. Miedo al abandono: el simple pensamiento de estar solo genera ansiedad y conductas de apego extremo.
  3. Relaciones dañinas: a pesar de reconocer que una relación es destructiva, se mantiene en ella por la urgencia de no perder conexión.
  4. Uso del sexo como anestesia: encuentros sexuales pueden ser utilizados para silenciar emociones dolorosas como tristeza, inseguridad o vacío.
  5. Culpa y vergüenza: tras episodios de búsqueda compulsiva, aparece la autocrítica severa.

Gilbert reconoce que este ciclo puede atrapar: “Lo que más deseaba era lo que más me hería, pero no podía soltarlo”.

Cuando el amor erosiona la autoestima

Uno de los aspectos más delicados de esta experiencia es el efecto sobre la autoestima. La escritora narra cómo sus relaciones se convirtieron en un espejo de dudas personales: ¿soy suficiente?, ¿me quieren de verdad?, ¿qué pasa si no me desean? Ese cuestionamiento constante genera dependencia de la validación externa.

El resultado: insomnio, ansiedad, aislamiento, pérdida de concentración, e incluso síntomas similares a los de la abstinencia en otras adicciones. La diferencia es que aquí el “sustituto químico” es el amor o el sexo.

Una adicción silenciosa en la sociedad

Aunque pocas veces se habla de ella, esta forma de compulsión emocional no es extraña. En una cultura que glorifica el amor romántico como meta de vida, muchas personas terminan atrapadas en relaciones tóxicas o en la necesidad permanente de ser elegidas.

¿Te has encontrado alguna vez pensando que sin una pareja tu vida carece de sentido? ¿Has continuado en vínculos dolorosos solo por miedo a estar solo? Estas son preguntas que revelan cómo la adicción al amor se esconde bajo dinámicas normalizadas.

Diferencias entre amar intensamente y amar compulsivamente

  • El amor saludable permite autonomía, libertad, confianza mutua.
  • El amor compulsivo esclaviza, crea ansiedad y dependencia.
  • El sexo vivido desde el disfrute es una elección; desde la adicción, se convierte en urgencia.

Gilbert insiste en que reconocer esa diferencia es fundamental para no caer en dinámicas que desgastan.

Terapia: un espacio para resignificar el amor

La autora subraya la importancia de pedir ayuda cuando se reconoce que el amor o el sexo se han convertido en mecanismos de escape. La terapia psicológica ofrece recursos para comprender el origen de esas compulsiones: heridas de infancia, modelos de apego, traumas no resueltos.

Si sientes que estás viviendo algo parecido a lo descrito por Gilbert, hablar con un profesional puede ser un primer paso. Puedes explorar opciones con terapeutas y psicólogos online de SELIA, que ofrecen acompañamiento cercano y seguro para procesar lo que sientes:

Programas de apoyo estructurado

Más allá de las sesiones individuales, existen programas de salud mental de SELIA que combinan talleres, grupos de apoyo y técnicas terapéuticas para romper el ciclo de dependencia. Estos espacios permiten compartir experiencias, recibir seguimiento y construir herramientas de autocuidado a largo plazo.

Cómo construir vínculos sanos después de una experiencia así

  1. Reconocer los patrones repetitivos: identificar qué tipo de relaciones sueles elegir y qué emociones las impulsan.
  2. Cultivar amor propio: trabajar en tu autoestima para no depender exclusivamente de la mirada del otro.
  3. Practicar el autocuidado consciente: descansar, alimentarse bien, realizar actividades que te den placer más allá de lo romántico.
  4. Aceptar la soledad como etapa: entender que estar solo no es fracaso, sino oportunidad de conocerse.
  5. Buscar vínculos recíprocos: dar y recibir con equilibrio, sin exigencia ni sometimiento.

Elizabeth Gilbert nos invita a pensar que no todo lo que llamamos amor es saludable. A veces, el amor puede disfrazar dependencia, miedo y vacío. Nombrar estas experiencias no pretende patologizar el amor, sino abrir la posibilidad de reconocer cuándo amar deja de ser libertad y se convierte en una prisión.

¿No crees que vale la pena preguntarte hoy si tu manera de amar te sostiene o te desgasta?

Preguntas frecuentes:

1. ¿La adicción al sexo y al amor es lo mismo que el apego ansioso?
No exactamente, aunque comparten rasgos. El apego ansioso describe un estilo relacional desde la infancia, mientras que la adicción implica conductas repetitivas y compulsivas que generan sufrimiento.

2. ¿Se puede superar la adicción al amor?
Sí, con terapia, autocuidado y procesos de reconstrucción personal. Requiere tiempo, paciencia y aceptar que la autonomía emocional es posible.

3. ¿Por qué es importante hablar de esto aunque no sea diagnóstico oficial?
Porque miles de personas viven sufrimiento real bajo esta dinámica. Nombrarlo y discutirlo permite buscar ayuda y dejar de romantizar el dolor.

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En Selia te acompañamos con herramientas y ejercicios para cuidar tu bienestar emocional.

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