Carlos Vargas, presentador del programa La Red en Colombia, ha hablado recientemente de una etapa de su vida marcada por dudas, simulaciones y expectativas sociales. Durante su adolescencia en Cartago, Valle del Cauca, se sintió obligado a esconder lo que realmente sentía, motivado por el temor al rechazo, al bullying y a la discriminación. ¿Te has preguntado cómo es crecer sabiendo que algo que haces contigo mismo podría volverse motivo de burla?
Vargas confesó que en el colegio simulaba relaciones sentimentales heterosexuales con una chica, aunque no sentía nada al respecto. Durante una entrevista en Impresentables, de Los 40, narró: “A mí me tocó besarme con una mujer en el colegio… uno mantiene en el clóset porque uno no sabe cómo lo iba a recibir la gente.” Esa frase resume mucho del dolor silencioso que viven muchas personas LGBTQ+ antes de poder vivir su verdad. (Semana)
Carlos habló de varios temores concretos:
Ese cúmulo de miedos puede generar una carga emocional enorme, tanto que muchas veces las personas no reconocen lo que sienten, o lo silencian para protegerse. ¿Cuántas veces hemos adaptado una versión de nosotros mismos para vivir sin ser cuestionados?
Vivir "en el clóset" —aunque no siempre en el sentido físico, sino emocional— implica una doble vida: la que se muestra y la que se siente. Carlos contó que “tenía una amiga y me la chupeteaba, pero no sentía nada, yo sentía que no podía pasar al otro nivel…”. Esa simulación es una estrategia de supervivencia, pero puede generar:
Estos efectos son comunes en salud mental entre personas que enfrentan silencios similares. No importa el nombre o el estatus público: la invisibilidad duele.
Carlos Vargas ha dicho que nunca ha tenido relaciones sexuales con una mujer, aunque no descarta la posibilidad si alguien le mueve el piso, como él mismo lo expresó. “Nunca he estado sexualmente con una mujer…” afirma, dejando claro que su orientación sexual no es algo que haya llegado como obligación de definiciones externas, sino algo que se reconociendo con honestidad. (infobae)
Hablar su verdad públicamente hace parte del camino de aceptación. Sacar de la sombra lo que se sentía en el silencio no solo libera al individuo, sino que abre espacios en la sociedad para que otros que están en situaciones similares sepan que no están solos.
En Cartago, como en muchas ciudades, los colegios pueden ser espacios hostiles para quienes sienten que no encajan en los moldes tradicionales. Carlos contó que simulaba relaciones sentimentales como estrategia para no generar sospechas, para "encajar". Ese encajar, sin autenticidad, tiene peso emocional.
El bullying escolar, la presión por ser "normal", la invisibilidad de la diversidad, todo eso produce heridas que pueden perdurar mucho tiempo si no se atienden. ¿No sería mejor que los colegios, los maestros, fueran espacios de inclusión para que nadie tenga que fingir para sentirse seguro?
Aceptar tu orientación sexual es una revolución personal. En el caso de Vargas, parte de la aceptación ha incluido no solo definirse, sino también reconocer sus propios limites de atracción, el hecho de que no sintiera algo al besar una mujer, y que eso también esté bien. No sentir algo no es fracaso sino señal de autenticidad.
Ese proceso de aceptación requiere tiempo, a veces terapia, apoyo de quienes se respeten, espacios en los que uno pueda expresar sus dudas, miedos, curiosidades sin ser juzgado.
Cargar miedos sin poder expresarlos produce desgaste emocional. Para quienes tienen vivencias como la de Vargas, buscar ayuda profesional puede ser crucial. Verbalizar, procesar, manejar los ataques internos —esa voz que dice “¿qué pensará la gente?”— es parte de sanar.
Si alguna vez sentiste que no puedes hablar con nadie sobre lo que sientes, recuerda que hay personas y profesionales preparados para escuchar. Puedes encontrar apoyo en terapeutas y psicólogos online de SELIA que te ofrezcan un espacio confiable para explorar tu identidad sin presiones.
Más que ayuda puntual, muchos encuentran en programas de salud mental la estructura que les permite sostener cambios, recuperar autoestima, manejar ansiedad, trabajar traumas del silencio. Estos programas pueden ofrecer seguimiento, apoyo grupal, técnicas terapéuticas, espacios de reflexión.
Si buscas también un proceso guiado, puedes explorar los programas de salud mental de SELIA disponibles para acompañar el camino de autoaceptación, visibilidad y bienestar emocional:
Que alguien en los medios diga lo que sintió cuando era joven, que confiese que fingía por miedo al rechazo, no siente nada al besar cuando se espera algo, habla públicamente de su orientación; eso no solo libera, inspira. La visibilidad puede ser salud mental colectiva.
Carlos Vargas se ha convertido en un referente al mostrar que ser vulnerable públicamente también es ser valiente. Esa valentía puede animar a jóvenes que en silencio luchan con sus propios miedos.
Vivir tu verdad implica confrontar el miedo, aceptar que no todo será comprendido, quizá convivir con críticas, quizá perder relaciones si no hay tolerancia, pero también ganar respeto propio, paz interna, autocompasión. ¿Estás dispuesto a dar ese paso por ti mismo?
1. ¿Qué diferencia hay entre orientación sexual y comportamiento sexual?
La orientación sexual tiene que ver con a quién una persona siente atracción afectiva, romántica o sexual, mientras que el comportamiento es lo que se hace. Sentir atracción no obliga a actuar, y no actuar no invalida la orientación.
2. ¿Cómo afecta psicológicamente ocultar tu orientación sexual?
Ocultarla puede provocar ansiedad, baja autoestima, desconfianza en uno mismo, sentimiento de no merecer amor, y en algunos casos depresión o problemas de identidad.
3. ¿Qué pasos concretos puedo dar si siento que estoy en una situación como la de Carlos Vargas?
Puedes comenzar hablando con una persona de confianza, explorar tu identidad internamente, buscar terapia, informarte, rodearte de redes que acepten, dar pequeños pasos para ser auténtico cuando te sientas seguro.
En Selia te acompañamos con herramientas y ejercicios para cuidar tu bienestar emocional.
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