El país lo ha visto durante años frente a las cámaras de Noticias Caracol. Su voz firme y su imagen tranquila lo convirtieron en un rostro familiar para miles de televidentes. Pero lo que pocos sabían es que detrás de esa seguridad había un secreto profundo que le causaba dolor: Pablo Arango, periodista y presentador, ocultó su sexualidad durante 24 años. La revelación no solo sorprendió al público, también abrió una conversación necesaria sobre la salud mental, la presión social y el derecho a vivir con autenticidad.
En una entrevista publicada por El Tiempo, Arango confesó con honestidad: “Oculté el tema de mi sexualidad. Lo oculté durante 24 años. Tengo en este momento 34 años. Es decir, que hace 10 años estaba pasando un momento muy oscuro de mi vida”. Palabras duras, pero necesarias, que reflejan la carga emocional que tuvo que sostener en silencio.
La metáfora del “closet” es común para describir a quienes ocultan su orientación sexual, pero en el caso de Arango fue literal y devastadora. “Estaba completamente enclosetado”, afirmó, reconociendo que en esos años mantuvo noviazgos con mujeres para evitar sospechas. Este tipo de estrategias, aunque buscan protección, generan un costo emocional altísimo. ¿Cómo se puede construir una vida plena si se vive a medias, siempre bajo un disfraz?
El periodista llegó a preguntarse: “¿Para qué quiero vivir si no puedo expresar mi sexualidad?”. Esta frase refleja un punto crítico: la represión no solo afecta la autoestima y la confianza, también puede llevar a pensamientos autodestructivos. Su experiencia se convierte en espejo para muchas personas que hoy, en silencio, atraviesan procesos similares.
Arango explicó que, aunque cumplía sus sueños profesionales en televisión, lo hacía con un vacío interno. Mientras presentaba noticias al país, ocultaba su propia verdad. Esta dualidad es uno de los aspectos más difíciles que enfrentan quienes no se sienten libres de expresar quiénes son. Viven en constante vigilancia, temiendo que cualquier gesto revele lo que intentan esconder.
¿Cuánto desgaste emocional implica vivir de esa manera? La respuesta está en los síntomas que muchos conocen: ansiedad, depresión, estrés constante y aislamiento.
El cambio llegó cuando decidió contarle a sus padres. Según relató en El Tiempo, preparó la conversación con una mentira piadosa: les dijo que tenía algo importante que confesar y que parecía relacionado con una novia embarazada. El ambiente estaba cargado de nerviosismo, pero en realidad se trataba de algo mucho más profundo: su verdad.
La reacción fue un reflejo de las tensiones que aún existen en muchas familias. Su madre reaccionó con temor y desconcierto, mientras que su padre, de forma inesperada, mostró una aceptación serena: “A mí me tiene sin cuidado lo que te guste... yo lo respeto”. Ese contraste evidencia que, aunque todavía hay prejuicios, el amor y el respeto pueden abrirse camino.
Hoy, Pablo Arango vive con libertad. Su historia ha dejado de ser una carga y se ha convertido en un mensaje. En redes sociales ya comparte imágenes con su pareja y habla con orgullo de su presente. “Muchas sorpresas este año”, escribió en una publicación, como señal de que ya no tiene miedo de ser visto tal como es.
Este cambio no solo representa un alivio personal, también envía un mensaje poderoso: la autenticidad es una forma de autocuidado y un derecho innegociable.
La historia de Arango pone sobre la mesa un tema fundamental: el impacto que tiene ocultar la identidad en la salud mental. No se trata únicamente de un asunto de orientación sexual, sino de la necesidad de vivir en coherencia. Cuando una persona reprime su verdad, está acumulando ansiedad, estrés y dolor que pueden transformarse en problemas graves de bienestar emocional.
¿Te imaginas vivir más de dos décadas en silencio, fingiendo algo que no eres, solo para ser aceptado? Este tipo de situaciones son frecuentes en entornos sociales conservadores y dejan huellas difíciles de borrar.
La revelación de un periodista reconocido como Pablo Arango tiene un valor especial. Cuando una persona con visibilidad social decide hablar, abre un espacio para que otros se sientan menos solos. La representación importa: ver a alguien en la televisión diciendo “estaba completamente enclosetado” ayuda a que otras personas comprendan que no son las únicas viviendo esa lucha.
Además, su testimonio demuestra que incluso quienes parecen tenerlo “todo” pueden estar cargando con un dolor profundo. Eso humaniza a las figuras públicas y recuerda que la salud mental no distingue entre profesiones ni éxitos.
El paso que dio Pablo fue también un ejercicio de soltar los miedos y confiar en que su entorno, tarde o temprano, lo aceptaría. Este proceso de liberación es fundamental en la vida de cualquier persona que se enfrenta al dilema de ocultar su identidad. Hablar, aunque parezca aterrador, permite sanar y comenzar a construir relaciones desde la verdad.
Aquí es donde cobra relevancia el acompañamiento profesional. La terapia psicológica puede ser un espacio seguro para expresar miedos, aprender estrategias y encontrar fortaleza. Si tú también sientes que cargas con un silencio que pesa demasiado, puedes buscar apoyo en terapeutas y psicólogos en línea de SELIA que entienden y acompañan estos procesos.
La historia de Pablo Arango no es solo la de un periodista. Es la historia de miles de personas que han sentido que deben esconder su verdad para sobrevivir. Su decisión de hablar envía un mensaje a la sociedad: el respeto y la empatía son esenciales para que nadie tenga que volver a vivir en silencio.
¿No sería mejor un mundo donde nadie tenga que ocultar su identidad? La respuesta, aunque parece obvia, implica transformaciones sociales profundas: familias más abiertas, entornos laborales inclusivos y una cultura que valore la diversidad como fortaleza.
El relato de Arango nos invita a reflexionar: ¿cuántas veces vivimos vidas a medias por miedo al juicio ajeno? ¿Qué secretos cargamos que nos impiden ser libres? Su historia es una invitación a revisar nuestras propias cadenas y, si es necesario, a pedir ayuda para romperlas.
La buena noticia es que cada vez más voces se atreven a hablar. Y cada una de esas voces abre espacio para que otros lo hagan también.
Si sientes que necesitas un acompañamiento estructurado para gestionar tu salud mental y vivir en coherencia con tu identidad, puedes explorar programas de salud emocional de SELIA que brindan herramientas prácticas para fortalecer la autoestima, manejar la ansiedad y construir relaciones auténticas.
Pablo Arango transformó su historia de dolor en un testimonio de valentía. Romper el silencio después de 24 años no es fácil, pero su decisión lo liberó y lo convirtió en un referente de autenticidad. Hoy nos deja una lección clara: vivir en verdad no es solo un derecho, también es una forma de cuidar la salud mental.
1. ¿Por qué algunas personas tardan tantos años en revelar su orientación sexual?
El miedo al rechazo familiar, la discriminación social y la presión cultural llevan a muchos a ocultar su identidad durante décadas.
2. ¿Qué impacto tiene ocultar la sexualidad en la salud mental?
Puede causar ansiedad, depresión, baja autoestima e incluso pensamientos suicidas. La represión constante genera un desgaste emocional profundo.
3. ¿Qué hacer si me identifico con la experiencia de Pablo Arango?
Buscar apoyo en terapia psicológica, hablar con alguien de confianza y, sobre todo, recordar que no estás solo. Existen espacios de acompañamiento y redes seguras que pueden ayudarte a vivir con autenticidad.
En Selia te acompañamos con herramientas y ejercicios para cuidar tu bienestar emocional.
Conoce más